4 de febrero de 1992: Hace 30 años el pueblo venezolano contempló por primera vez el rostro del destructor de su destino

Alexander Arredondo / Venezuela RED Informativa.us
Los acontecimientos del 4 de febrero de 1992 representan uno de los hitos más importantes de fines del siglo XX, y se le recuerda como una Rebelión Cívico Militar de un golpe de Estado fallido en Venezuela.
Esta acción estuvo liderada por los militares Hugo Chávez Frías, Francisco Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta Hernández y Joel Acosta Chirinos, quienes se levantaron en armas contra el presidente constitucional de Venezuela Carlos Andrés Pérez.
Este evento transformó radicalmente la vida política venezolana, introduciendo nuevos actores en la escena: de estos cuatro protagonistas, el primero fue presidente de la república desde 1999 hasta 2013.
Sin embargo, Arias también ha incursionado en política: fue electo gobernador del estado Zulia, candidato presidencial en 2000.
También fue embajador de Venezuela en la ONU, activista en la conformación del PSUV. En 2012 fue nuevamente gobernador del estado Zulia.
Todos los participantes en esta acción de golpe de Estado fueron llevados a prisión por su actuación en el hecho.
Su causa posteriormente fue sobreseída y fueron puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de Rafael Caldera.
Hechos del golpe de Estado
La movilización militar se inició el 4 de febrero, cuando Pérez regresaba del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
El asalto al palacio presidencial se inició a las 12 de la medianoche.
Al mismo tiempo militares al mando de Miguel Rodríguez Torres asaltaron la residencia presidencial (La Casona) y otras importantes ciudades del país.
Los enfrentamientos fueron intensos en algunos casos.
Fracasado el intento de toma de Caracas, los insurgentes se rindieron luego que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas por el gobierno constitucional.
Fuerzas de seguridad arrestaron a Chávez y lo privaron de su libertad.
Poco antes se le dio la oportunidad de dirigirse al país en una alocución.
Esto sirvió para aumentar su popularidad entre muchos venezolanos, especialmente de bajos recursos.
En ese entonces, la población no manifestó su apoyo al gobierno.
Tampoco salió a las calles a apoyar el golpe de Estado como lo pedían los militares golpistas.
En el golpe de Estado participaron 5 tenientes coroneles como cabezas visibles del movimiento, seguidos de 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados.
Se desató el infierno de Venezuela
Qué duda cabe de que a partir del 4 de febrero de 1992 se desató la terrible tragedia que hoy ha hecho metástasis en Venezuela a todo nivel. Los venezolanos dieron por sentada la democracia, que más de una vez ha demostrado ser de una fragilidad desconcertante, y carroñeros como Hugo Chávez han sabido sacar partido de esa condición. Ese 4 de febrero fue el primer peldaño de la escalera que ha llevado cuesta abajo a uno de los países más ricos del mundo, para sorpresa de la comunidad internacional.
Hace 30 años un grupo de audaces, fanáticos y adoctrinados militares se lanzaron a la toma del poder, sin lograrlo en ese momento. No obstante, siempre bajo el techo complaciente de unas fuerzas armadas formadas en democracia, nunca dejaron a un lado sus ambiciones temerarias. Intoxicados con su sobredosis de ideología comunista, inyectada en y desde Cuba, engañaron, confundieron y embotaron a una parte de los venezolanos, que los encumbraron hasta Miraflores para mal. La historia nos ha golpeado suficiente: luego vino la prostitución de los mecanismos democráticos y con el tiempo, sobrevinieron privaciones, pobreza, hambre, enfermedad y falta de libertad a unos niveles nunca antes vistos en Venezuela, que finalmente la luna de miel con Chávez y su legado se acabó. Después la herencia del sátrapa ha sido la terrible crisis que embarga al país. El daño estaba hecho, Chávez se salió con la suya, se adueñó de un poder absoluto con el que hizo todo el daño que pudo, incluso después de su muerte su accionar no se ha detenido, pues su heredero político, Nicolás Maduro, no cesa en destruir los escombros que han quedado con un afán realmente sádico. Y todo esto tiene su génesis en esa aciago 4 de febrero de 1992, el día en que los venezolanos contemplaron por primera vez el rostro del destructor de su futuro, Hugo Chávez, pero muy pocos se percataron de ello. Aún estamos pagando ese altísimo precio, quizás uno de los más caros en la historia de la raza humana, pues se cancela con dolor y sangre.