Calladitos se ven más bonitos


Más claro, imposible. Las instrucciones que le dio el régimen al cogollo de la oposición para hacerle a la dictadura la primera parte del mandado electoral con las primarias no pueden confundir a nadie, ni fuera ni dentro del país.
Nada de estar hablando de los gravísimos problemas que tienen de rodillas a los venezolanos. En Venezuela, como en la era del difunto: NO se habla de los míseros salarios y pensiones en bolívares que reciben los trabajadores, cuando todo lo que se compra se vende en dólares.
En Venezuela la oposición, ni en campaña ni nunca, NO se mete con la espantosa crisis eléctrica que vive el país, la falta de agua, el desastre en que se encuentra toda la vialidad nacional, los miles de niños empujados por el hambre fuera del sistema educativo, el estado generalizado del matraqueo de los funcionarios de seguridad, registro, pasaportes, alcaldías, gobernaciones y pare de contar, cebados sobre cualquier pendejo que se encuentre prisionero en Venezuela y, muchísimo menos, de la enfermedad del colombiano.
Tampoco a los cogollos de la oposición se les tiene permitido hablar sobre la presencia de miles de iraníes, chinos, cubanos y rusos que tienen a Venezuela como una inmensa letrina.
A los candidatos y candidatas de los cogollos de la oposición solo les son permitidos tratar, en lo que ellos llaman “campañas”, el manual de metafísica de los pasos a seguir el “día después”; cuando los malandros del siglo XXI ya no estén pegados al poder. Y, claro está, confiados en que a esas cucarachas les dará la gana de soltar el poder, tras un contundente, aplastante y remotamente poco probable triunfo electoral de María Corina o de Benjamín Rausseo en la rockola electoral de 2024.
Los cogollos no tienen nada que ver con que Diosdado, Padrino u otro de esos peligrosísimos delincuentes, no estén cansados de repetir que su revolución llegó para quedarse y que jamás van a dejar el poder en Venezuela, por la vía que sea.
No la tiene fácil la oposición que juega a la candelita con el régimen. Explicarle al país y a una buena parte del mundo que ellos aceptaron una increíblemente grande cantidad de dinero, para validar la empresa «Smart-trucos» de un régimen fracasado, pero adherido como garrapatas al poder, es complicado.
A este pedazo degradado de la oposición venezolana le están pagando con una boloña de dinero y de negocios, para jugar en una polla de domino con el régimen, que entre ellos llaman «democracia».
Eso explica porque la dictadura acepta escoger y meterle plata a un cómico y a una señora para armar su parapeto electoral.