CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

Fichas y más fichas

El régimen de Caracas no sabe nada de políticas públicas. De lo que conocen estos pillos es de la elaboración de montones tras montones de listas y más listas con miles de nombres, que sus jalamecates se la pasan llenando para asignarle a la gente bolsas de comida, bombonas de gas doméstico y unas cuantas pendejadas más.

El régimen que ha acabado con Venezuela, ha convertido a todo el país en una hacienda del siglo XIX. Paga a los trabajadores y pensionados con fichas llamadas bolívares, que ni en las pulperías del patrón te las quieren aceptar para comprar una vela.

Por eso es por lo que desmantelaron la Ley de Ilícitos Cambiarios. ¿Se acuerdan? Tenía penas tremendas para todo aquel que pagara o cobrara en dólares. Era durísima, inclusive en contra de aquellas personas que cargaran más de una cantidad determinada de divisas.

Entonces apareció un genio de la banca y del comercio al que se le prendió el bombillo: las fichas, porque los bolívares hace tiempo que dejaron de servir para algo. Y reemplazaron justamente esa moneda de monopolio, por los dólares universales. Ah, pero eso sí: ¡sin importarles un carajo quién tenga dólares o no para comprar todas las cosas que necesita una familia en Venezuela!

Y así el patrón, tanto público como privado, pasó a cobrar todo lo que vendía en dólares con total y completa seguridad. Vacunándose, inclusive, en contra de la devaluación, el mal gobierno y hasta del mal tiempo, ¡qué clase de gente señores!, los avispados de siempre.

De ahí «palante», tanto el sector público como el privado de la economía transfirieron hermanados el rollo de dónde sacar los dólares para pagar todas las cosas a la gente de a pie. O sea: ¡que el venezolano se joda! Y que ruede por el barranco.

Porque se supone que es un asunto del trabajador o del pensionado venezolano conseguir los billetes verdes para pagar por todo aquello que necesita para vivir él y su familia. ¡Que valla pues al mercado cambiario: que lleve sus fichas para convertirlas en dólares!

Y es ahí donde se enredan aún más las cuentas. Lo que gana un trabajador o lo que cobra un pensionado en el país, como consecuencia de un régimen ladrón y muy pero muy incompetente, se evapora por instantes, dado el increíblemente rápido deterioro que padece el tipo de cambio;. y, en consecuencia, de los brincos de canguro que da la inflación amarrada al precio del bolívar frente al dólar.

Todo esto lo sabemos los venezolanos, los de adentro y los que estamos afuera. Pareciera que los únicos que no quieren darse por enterados son el régimen, una parte muy importante del sector privado de la economía en Venezuela y los arrastraos que solo se bañan en el charco de los malos para seguir haciendo negocios a costa del hambre de millones de dignos venezolanos.

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