LA HISTORIA VUELVE A REPETIRSE

Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
¡Es que esa gente del régimen de Caracas no tiene ni un poquito de escrúpulos! ¡No respetan ni a sus propios muertos! Se ríen, se mofan, junto con los asesinos del régimen de Cuba, de todo y de todos.
A Chávez, muriéndose, lo pusieron a pegar brincos en campaña electoral. «Parriba» y «pabajo», como muñeco porfiao; hinchado y a punta de calmantes, lo encaramaban en las tarimas para que dijera las mismas estupideces.
¡Y claro que no le ganó a Capriles!
Y Capriles lo supo. Y, como es costumbre en todos estos parásitos de la revolución de sinvergüenzas, no dijo ni pío. Es más, ¿recuerdan? Nos mandó a que nos fuéramos para la casa a “bailar salsa”. ¡Bandido!
Arreglados con un Chávez, que sabía que se estaba muriendo, dejaron la cosa así. Bien fácil, para que le salieran redondos los planes de eternización de toda esta gente en el poder.
Y Chávez, traidor a su país hasta en los últimos días de su vida, antes de salir para Cuba, sentó en cadena de radio y TV a sus dos ladrones favoritos, uno a cada lado. Y vino con el cuento de la luna y de su supuesta obra de gobierno. Eligiendo a Maduro como su sucesor en el poder; como si Venezuela fuese un reino. Y trató de marearnos con la leyenda, solo para tontos, de que el colombiano tenía todas las virtudes que la república necesita en un presidente, esas que nos explicaron cuando muchachos, en nuestras clases de Formación Moral y Cívica.
Mentiras: ¡Maduro era, fue y seguirá siendo uno de los peores pillos de esa camada de rufianes!
Y lo mejor es que estos muérganos están montando otra trampa-jaula, pero esta vez con la enfermedad de Nicolás Maduro. Ante la posibilidad de su muerte, tampoco esta vez la piensan dejar fácil para que el país recupere sus libertades.
Suena un enroque de Padrino a la Vicepresidencia y la puesta en marcha de la misma película que rodaron para la muerte de Chávez. Y otra vez cerquita de las elecciones presidenciales. Y, otra vez, con la misma cancioncita de las internas de la oposición y casi que con los mismos candidatos que tampoco cambian.
¡Dos y dos son cuatro! Hay algo que huele a azufre en Venezuela, y no solamente es petróleo.