Ladrones del infierno

Pablo Medina / Venezuela RED Informativa.us
Ese tercio de la población venezolana que se fue, no emigró del país por razones turísticas. El NARCORÉGIMEN de Caracas espantó a casi 8 millones de venezolanos. El estado de calamidad, el desempleo, el hambre y la miseria colectiva, entre muchos otros males, corrió a la gente.
La dictadura, tras años de desaciertos, robos y disparates, acabó con la economía. Vaporizó el bolívar y fomentó una inflación descontrolada, que terminó por dolarizar la casi totalidad del intercambio económico nacional.
Hoy, más del 70% de todas las transacciones se llevan a cabo en divisas. ¡En Venezuela ya no hay bolívares, los extinguieron!
Los venezolanos en el extranjero son un apoyo importante para el funcionamiento interno del país. La economía nacional se sostiene, en parte, gracias a las transferencias.
La dictadura secó al país de bolívares, y ahora se le ocurrió robarse los dólares que los familiares envían a su gente, ¡cobrando peaje!
Ya que el régimen ha sido incapaz de controlar la entrada de divisas, entonces se le ocurrió atracar a las familias venezolanas que las usan para realizar sus compras en el mercado nacional, a través de formas propias de la delincuencia común.
La dictadura, luego de secar el mercado de bolívares, que llevan añales desaparecidos, impone un impuesto a las compras en divisas del 20%.
O sea, se roba el 20% de todo dólar que envía un individuo, en el mismo instante en que su gente lleva a cabo cualquier tipo de compra. ¡Por favor! En Venezuela ni las verduras que se venden en los camiones, se pagan ya en bolívares.
Primero montaron la ratonera y ahora jalan la trampa. Y, de paso, Maduro, con su típica crueldad, hace chistes del asunto. La miseria y la maldad de estos delincuentes del infierno no conoce límites.
No solo han hecho del país un NARCOESTADO y han alquilado la soberanía de toda una nación a lo más oscuro del planeta Tierra; ahora también se exhiben, sin ninguna pena, en su verdadero oficio de LADRONES DEL INFIERNO.