El Fogón de la Editora

Las cosas por su nombre

Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us

La última de las mentiras que no se cansa de repetir la dictadura de Venezuela es la del supuesto “milagro” económico nacional para 2022. Cacarean sobre una imaginaria recuperación mágica de la economía, producto de lo que ellos llaman “la flexibilización” de la influencia del estado sobre la economía. Según, eso se ha conseguido gracias a la dolarización del país y a la “sinceración” de los precios de los bienes y servicios que se mueven en Venezuela. ¡Embuste!

Millones de paisanos en nuestro país no consiguen trabajo porque no lo hay. Y, encima, tienen que pagar todo lo que gastan en divisas, a precios internacionales. Seguramente, según el gobierno, a todos ellos les caen del cielo los dólares que necesitan para realizar sus pagos.

Es ridículo pensar que nuestro país está “avanzando” o “prosperando”, porque todo el mundo allá esté obligado a encontrar, a como sea, dólares para poder comprar medio kilo de carne molida.

La única verdad es que el volumen de las transferencias unilaterales de los millones de venezolanos que nos encontramos fuera de Venezuela es descomunal. Todo el mundo cuenta con “algún” amigo de un amigo, que logra ponerle en las manos a un familiar de uno, los billeticos verdes para que nuestra gente pueda realizar sus compras.

Lo mismo que la enorme cantidad de cajas repletas de buena ropa de segunda y de primera mano, medicinas, comida y mantelitos para la piñata de la sobrinita, que también hoy en día es monumental.

Eso lo sabe, lo maneja y lo oculta la dictadura. Las cajas que llegan a nuestras casas en Venezuela son trasportadas desde el puerto de Puerto Cabello, por la red de camiones de la empresa de “logística” de las fuerzas armadas nacionales. Y la plata que enviamos a nuestro país es, las más de las veces, controlada por el gobierno corrupto de Caracas a través de alguno de sus múltiples compinches dentro del sistema financiero nacional.

¡Allá, en nuestro amado país, no está ocurriendo ningún milagro económico, ni que ocho cuartos! En la Venezuela estropeada y en manos de estas gentes, lo que hay es muchísima pobreza, muchísima miseria y un gentío, fuera de nuestras fronteras que, desde todos los rincones del mundo, le ponemos alma y corazón para que nuestros familiares puedan sobrevivir, enviando dinero y muchísimas cosas.

La parte enorme del país que está afuera trabaja sin descanso, se enfrenta a todas las adversidades inimaginables para ayudar a la otra parte de nuestra nación atrapada, para que pueda medio funcionar adentro.

¡Allá, en Venezuela, no está ocurriendo ningún “milagro” económico; en Venezuela lo que hay es un país en desgracia!

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