CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

Mensaje al Presidente de EE.UU.

Pablo Medina / Venezuela RED Informativa.us

Hace apenas unos meses atrás pedimos la mediación de la OEA y la intervención de los gobiernos de Colombia y Panamá con el objeto de socorrer a los caminantes que están atravesando el Tapón del Darién. En esa oportunidad rogamos por la creación de un puente aéreo de naturaleza humanitaria entre ambos países, que intentara preservar la vida y la integridad física de tantos y tantos venezolanos e individuos de otras nacionalidades que, con rumbo a la frontera Sur de los Estados Unidos de Norteamérica, exponen su vidas en el horror de esas selvas. ¡Lamentablemente no fuimos escuchados!

Hoy, en el contexto de una nueva realidad migratoria en los Estados Unidos de Norteamérica para los venezolanos que deseen entrar a este país, el problema de los caminantes se ha transformado en un peligroso y dramático embudo de carne humana. Ya no se trata de garantizar solamente la vida de tantos y tantos hombres, mujeres, niños y ancianos amuñuñados en los territorios fronterizos entre México y Estados Unidos. Ahora el problema consiste en lograr hacer regresar a toda esa gente a Venezuela, ya que, por lo visto, no tienen nada que buscar en Norteamérica.

El asunto no es para nada fácil. Estamos en presencia de pobladas enteras de seres humanos indefensos, en este momento convertidas en hordas de tránsfugas empujados de mí país, por el homicida régimen del colombiano Nicolás Maduro.

Muchos como yo pensamos que, ante tal catástrofe humana en plena efervescencia desarrollándose en las puertas de esta Gran Nación, Norteamérica debería volver a tenderle su mano amiga al pueblo venezolano.

Reducir a toda esa gente en campamentos de refugiados sería reproducir sombrías experiencias del pasado, con fuerte parecido a las palestinas y a las sirias.

En cambio, lo diferente, lo especial y lo más humano que podría hacer el Gobierno Federal norteamericano es repatriar a toda esta gente a nuestro país en buques mercantes, bajo la protección de la Armada de los Estados Unidos de Norteamérica.

Señor Presidente Joe Biden: llamamos a su más elevado sentido de solidaridad hemisférica, al compromiso suyo como practicante de la fe católica y a la condición de comandante en jefe de las fuerzas armadas del país más poderoso del planeta Tierra, para que devuelva a nuestra gente a Venezuela.

Disponga usted de una flota de barcos con el fin de regresar a Venezuela una parte de NUESTRO PUEBLO PERDIDO, que viene dando tumbos desde hace muchísimo tiempo por medio continente americano.

Recuerde usted y todos los hombres y mujeres que le acompañan en su administración la cita bíblica: “Quien salva una sola vida, está salvando a la humanidad entera”.

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