Mujeres de verde oliva


En la reunión de capitanes de la aviación bolivariana, generales y alto mando, informan que no hay plata para aumentar los sueldos al personal. Que nada de bonos, dietas, ni nada de nada. Que el imperio con sus sanciones se robó los dólares de Venezuela.
Así pues, los capos de la aviación bolivariana, sin aviones, les dicen a sus capitanes: ocupen la mitad del tiempo del día laboral en realizar algún tipo de “emprendimiento”. No cuenten con las fuerzas armadas para cubrir sus gastos, ni el del mantenimiento de sus familias, al gobierno lo tienen quebrado. ¡Así, crudo, al estilo gánster!
Cuando los generales y el alto mando dan el derecho de palabra, en una reunión que convoca a más de 700 capitanes de la fuerza aérea, medio mundo se levanta, protesta y formula preguntas que no reciben ninguna respuesta sensata.
Hasta que una joven mujer pide hablar. Inicia diciendo que ella decidió casarse con las fuerzas armadas de su país cuando se enroló. Que el uniforme que lleva es su esposo. Y que jamás, ni en sus peores pesadillas, imaginó que ni el ministro de la Defensa ni los altos mandos de su fuerza le iban a pedir que saliera a la calle para conseguirse un querido, otro marido, un “emprendimiento”, y así poder pagar sus gastos de vida, siendo militar de carrera.
Les cuento que este relato no es ficción. Ni laboratorio cubano tratando de enredar a los venezolanos que están pasando hambre en el país. ¡Esto es la cruda realidad de un suceso que, seguramente, se ha repetido N veces entre todos los componentes de las fuerzas armadas bolivarianas de marzo de 2023!
Padrino López, que es un rufián dedicado en cuerpo y alma a la traición, a robarse todo lo que esté a su alcance en Venezuela y al narcotráfico de estado, ha girado personalmente la orden a todas las fuerzas armadas: ¡arréglenselas como puedan!
Es decir, a partir de ahora, tenemos militares de medio tiempo. O sea: la mitad del día laboral oficiales, suboficiales y tropa cumplirán horario de “oficina” y la otra parte del día salgan a la calle a rebuscarse.
A vender pasteles, hallacas, horchata, collares, hacer de taxistas y de Uber; o espalderos de malandros de barrio, o secuestradores, ladrones de bancos y atracadores con pistola y licencia para joder. Un montón de gente vestida de verde oliva, condenada de por vida a ingeniárselas para poder sobrevivir ellos y sus familias. Porque pedir la baja o el retiro, ¡nada de nada! Buenos y malos, decentes y bandidos, todos están atrapados en las NARCOFUERZAS armadas bolivarianas, les guste o no.
Mientras, solo en la “raqueta” de las radas y llenaderos de crudo, cobrados en efectivo a docenas de tanqueros de medio mundo en paletas de billetes de dólares, sin control alguno de nada ni por nadie, los malandros del régimen ya llevan “tumbados” 25 mil millones de dólares en petróleo robado al país, tan solo en lo que va de año.
¡Es que el país no está quebrado, Venezuela lo que esta es saqueada por estos delincuentes!; y, esta historia continuará…
Siento una gran indignación solo al recordar cómo esas personas de verde olivo acribillaron a los venezolanos que en otrora luchaban por la libertad del país. Sólo creeremos, si se unen de una manera contundente al pueblo y EXIGEN la renuncia del Dictador. El hambre embarga a la mayoría de los venezolanos, lastima que es ahora que se dan cuenta.