NO LES CREAN

Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
Esas historias que ha puesto a rodar el régimen, sobre una supuesta “avalancha” de venezolanos que están regresando al país no son más que cuentos chinos. La gente no es zoqueta. Muy pocos se creen el mal “chiste” sobre la existencia de un supuesto momento de “prosperidad” en nuestro país. Eso solo ocurre en la mente y en los bolsillos del dictador y en los de sus secuaces.
Porque, en Venezuela no hay tal “burbuja de crecimiento” ni económico, ni social, ni político ni de ningún tipo. Lo que hay son las mismas mentiras, repetidas mil veces desde hace 23 años.
Lo que seguramente está pasando con muchos venezolanos que sí están volviendo es porque la “cosa”, afuera cada vez se pone más fea. Porque el mundo, que apenas está saliendo de la peste china, se encaprichó en sumergirse en mil desastres nuevos; y ser extranjero en este mundo egoísta es un verdadero problema.
A muchos de nuestros venezolanos les está tocando salir en carrera de algunos de los sitios donde habían llegado. Pero que ahora, con un planeta patas «parriba», hay que dejar. La temperatura de la xenofobia en contra de nuestra gente ha aumentado en varios países de América. Las oportunidades de trabajo han disminuido. Cada vez somos más y más los que huimos de una Venezuela en ruinas y, de paso, la abuela parió.
Es cosa de locos pensar que en una Venezuela en donde se vive con unos precios que cada vez se alejan más de lo poco que se gana en el país. Que no hay, ni por asomo, sistema alguno de seguridad o de salud que garantice aunque sea una curita y un poco de mertiolate. Que la luz ya no es que se va, es que ya muy pocas veces se queda. No hay agua, ni trabajos, ni mucho menos libertad, la gente esté haciendo colas en las fronteras y en los aeropuertos para regresar; por más que se pueda entrar con el pasaporte o cedula de identidad, así estén vencidos.
Aquellos que están volviendo al país, que siempre los habrá, tendrán poderosas razones o motivaciones muy particulares de naturaleza familiar y afectiva. Pero, con toda seguridad, sus responsabilidades dentro de Venezuela tienen que pesar muchísimo más que sus oportunidades en el extranjero.
Venezuela ni se recupera ni se puede rehacer desde las estupideces de un régimen malvado, mitómano y siniestro, que se maneja desde el engaño, porque no tiene nada que perder. Así que NO LES CREAN.