CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

¿O no?

Pablo Medina / Venezuela RED Informativa.us

Yo creo que el principio del fin de todo este desastre que vive Venezuela debe arrancar por ponerle a cada cosa su nombre. Para empezar, el gran pedazo de país que en serio esté interesado en recuperar nuestras libertades y el control sobre nuestros recursos tiene que montarse en denunciar y en conseguir desenmascarar a las fuerzas de ocupación que hoy en día han secuestrado a Venezuela. La delincuencia internacional, el sanguinario gobierno de Cuba, y los de Rusia, Irán y China bailan el trencito con la narcoguerrilla colombiana y el régimen de Caracas haciendo diabluras.

Eso es una realidad tan grande como las torres de El Silencio. El régimen utiliza esas conexiones siniestras como instrumentos de chantaje estratégico hemisférico, para proteger a la dictadura de cualquier intento de reconquista del poder por parte de la Resistencia, y continuar su proceso de saqueo de la nación.

Aquellos que crean que todo esto que estoy diciendo y escribiendo es producto de mi imaginación o de lecturas de muchos libros de espías, que pase la página. Todos, pero todos los hombres y mujeres decentes e inteligentes dentro y fuera de nuestro país sabemos que Venezuela está controlada por un régimen traidor, asociado con las fuerzas más sucias y bajas del mundo.

Es absurdo que ninguno, pero ninguno de los individuos que representan el G4 o la Plataforma de la Unidad, o como quieran ser llamados, ni siquiera dedique un solo minuto de su tiempo político en denunciar el tremendo drama de la penetración de fuerzas de ocupación extranjeras en Venezuela.

A lo cual debo concluir que si para esa oposición las trampas y arreglos electorales que han hecho en comparsa con el régimen son un embuste inventado por Pablo Medina para desacreditarlos, entonces la presencia de tropas rusas, iraníes, cubanas, de las FARC y del ELN en el país simplemente deben ser más ganas mías de joder.

Y lo mismo debe pasar con el poderoso Departamento de Estado norteamericano. Porque para ellos, esos mismos individuos son una peligrosa amenaza para el equilibrio nuclear del planeta en Europa, en Asía y en el Medio Oriente, y se llevan de Venezuela el oro, el diamante, el coltán, el torium y el uranio para su parque nuclear. Mientras que en territorio venezolano no parecieran tener mayor importancia, porque consideran que estos malandros son un pan de Dios.

Y la verdad es que tanto el Departamento de Estado norteamericano como la oposición electorera de Venezuela no pueden continuar mirando pa’ otro lado por siempre: la presencia de un sinnúmero de bichos peligrosos del bajo mundo internacional dando aliento y soporte al régimen de Caracas es una penosa y peligrosísima realidad para Venezuela y para el resto de este continente.

Insisto: para comenzar a arreglar al país, pero de verdad-verdad, hay que empezar por un “Manos fuera de Venezuela”. ¿O no?

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
A %d blogueros les gusta esto: