CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

¿Por qué un Gobierno de Transición en Venezuela?

El régimen de Caracas resolvió, a punta de plata y de buenas amistades, la crisis presidencial que generó la Asamblea Nacional de 2015, luego del fraude electoral en las elecciones de 2019. El capo colombiano y compañía le echaron tierrita otra vez a las máquinas «Smart Trampas». Dejaron solos a las alimañas de los cogollos políticos de siempre, para que las trampas electorales fueran tapadas y “olvidadas” debajo del sucio de las mafias de la oposición en Venezuela.

Lo demás fue esperar pacientemente que el ladrón de Guaidó, junto con sus compinches, se extinguiera solito, como el cubano Chacumbele, que ciertamente se cayó de un trapecio del circo y después se mató, como dice la canción “Chacumbele, el mismito de mato».

Así las negociaciones «entre México y madrugadas», estos pillos se rasparon el último poquito de institucionalidad que le quedaba al país. De manera que al régimen le resultó facilísimo mandar a jalar la alfombra a la presidencia provisional. Que, conforme arreglaron en México, la revolvieron con la persona de Guaidó. O sea: negocian y sacan de la jugada a Guaidó por sinvergüenza, y hacen desaparecer la figura de la presidencia provisional de Venezuela, que surgió como consecuencia de la usurpación del colombiano Maduro. ¡Redondito! ¡Pues no!

Con o sin Juan Guaidó hay que llenar el vacío de poder que todos esos bandidos le vendieron a la dictadura. De inmediato, ¡un Gobierno Provisional!

Con o sin México, con o sin Juan Guaidó, en Venezuela hay un delincuente extranjero de quien no se conoce su partida de nacimiento y, de paso, está usurpando las funciones de presidente legítimo de la república. Y eso no lo puede ni negociar ni arreglar Gerardo “Fospuca” Blyde, ni ningún otro bate quebrao del cogollo de la oposición venezolana.

Además ustedes, sinvergüenzas, no pueden vender tampoco lo que no es suyo; como hace el régimen de Caracas con todo lo que le roba al país todos los días. Hay que establecer un Gobierno Provisional, cuyo primer decreto ley consista en la dolarización e indexación de todos los salarios y pensiones de los trabajadores del país, tanto del sector púbico como del privado. Asimismo, debe establecer la reducción de la mayor parte del impuesto a la industria nacional y a empresarios del agro. También debe tomar medidas para evitar el infanticidio. Y quien no lo cumpla, porque piensa que esto del Gobierno Provisional es una joda, una rochelita como aquella de los “vamos bien”, que se atenga a las consecuencias del día después de la recuperación del país. ¡Porque ya está bueno, vale!

Ya estamos fritos los venezolanos de leyes que solo funcionan para perseguir y meter presa a la gente; para empujar a miles de venezolanos de manera deliberada al exilio o para que unos pocos se cojan lo que es de muchos.

Un Gobierno Provisional lo podemos crear y poner a funcionar todos juntos; le produciríamos otro fuerte dolor de cabeza al régimen. Y podríamos recuperar la confianza del mundo libre sobre nuestro verdadero deseo de superar tanta miseria y volver a ser un país de hombres y mujeres libres. Que, con estos maleantes de la oposición haciendo negocios con el régimen, ya ni lo parece. Sencillamente desaparecieron.

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