Quién es quién

Pablo Medina / Venezuela RED Informativa.us
Es que el discurso, comparado con el accionar del señor Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, cada vez se parece más al pasito tun-tun que usamos en mi país para montar la hora loca en las fiestas.
En la Asamblea General de la OEA en Lima, Mr. Blinken pide el apoyo del continente americano para que se realicen en Venezuela elecciones libres. Así todo, le baja dos al régimen de Maduro, indultando a los «narcosobrinos» de Cilia Flores e ignora la importante colaboración prestada por los técnicos del CNE para la realización del falso referéndum en las «elecciones libres» en la zona conquistada por Rusia de Luhansk, en Ucrania.
Se horroriza por la espantosa crisis migratoria que vive nuestra gente, y no hace nada por ello, pero llena de controles y de campos de refugiados varios países de Centroamérica para que los venezolanos no alcancen a llegar a su frontera sur nunca.
El presidente Zelensky de Ucrania participa en remoto desde su país, pidiéndole al continente americano aún más presión y un cerco comercial más duro en contra el gobierno ruso, que hoy en día masacra miles de ucranianos. Y, ni por asomo, Estados Unidos abre la boca para denunciar la presencia de emplazamientos militares y tropas de la Federación Rusa asentadas en nuestro país. Siendo ellas, junto con otras potencias más, quienes tienen invadida a Venezuela por invitación expresa del colombiano Nicolás Maduro y las cúpulas encochinadas de las NARCOFUERZAS armadas bolivarianas.
Es que ya lo tenemos visto. Los sujetos y potencias que son adversarios y hasta enemigos del mundo libre en cualquier lado, esos mismos pajarracos que están sembrados en Venezuela, le son totalmente invisibles el máximo representante de la política exterior norteamericana.
Si no fuera por lo dolorosa que resulta ser la vida común y corriente en Venezuela, lo mismo que la desgracia que se ha posado sobre la gran mayoría de los venezolanos, las declaraciones siempre ambiguas, siempre contradictorias del Sr. Blinken sobre nuestro país podrían ser tomadas hasta como CHISTES. El asunto es que nuestro pueblo cada vez tiene menos sentido del humor y cada días sabe QUIÉN ES QUIÉN.