Rusia a propósito del zar Putin IV

César Guillén Citterio / Venezuela RED Informativa.us
La última reelección por 4to período consecutivo de Putin solo refleja la verdadera naturaleza de la idiosincrasia política de los rusos. Rusia mantiene vivo su ancestral resentimiento de no poder influir en Europa, ahora ni en Asia, porque allí mandan los chinos. Su actual cinismo político y su vínculo con gobiernos forajidos, a cambio de protección, del lavado de dólares y la venta de armas, son las consecuencias de su tradicional anhelo de expansionismo, su historia así lo demuestra.
Luego del derrumbe de la Unión Soviética, las estrategias de Rusia desde el 2008, han sido la de establecer una asociación con países latinos bajo su influencia, como un instrumento de presión contra USA, quien debilitó su presencia en la región gracias a los populistas demócratas de turno. Además de vender sus obsoletos excedentes militares, ha conseguido con muchos sobornos, el acceso a minerales de alto valor estratégico.
Rusia es la heredera natural y legítima de la URSS en todo aspecto. A pesar de su actual crisis económica y política, su relación en el conflicto en Siria, y su interferencia en Ucrania y Bielorrusia, esta estrategia no se ha detenido. Apela a toda la vieja artillería demagógica cada vez más que se profundiza su severa crisis económica, mientras juega con sus amenazas a la OTAN, y sus no muy sinceras relaciones con China, tibias desde los tiempos de Mao.
Las primeras dinastías imperiales rusas fueron, la rural de los Boyardo y luego la más europea de los Romanoff. El hecho que la cristiana Bizancio y su influencia en Rusia, con su iglesia ortodoxa y su águila bicéfala, volvieran a sustituir al escudo de la hoz y el martillo lo demuestran todo. Nunca ha sido influencia la ideología socialista que llegó por azar en medio de circunstancias favorables, ni la incursión capitalista postsoviética, dominada por los miembros de la milicia y del partido. Sigue siendo un país tradicionalista y religioso, más cerca de Europa que de Asia.
El permanente impacto de las tradiciones rusas con las de la modernidad de su vecina Europa, es la que ha marcado el camino de su historia. Un grupo aboga por la unión con Europa y otro que quiere permanecer fiel a sus tradiciones. Esto ocurre desde los tiempos de Iván boyardo “el terrible”, Mijaíl I, el primer Romanoff, y el de Pedro I “el cruel” que sentó las bases de la nueva Rusia, al introducir los adelantos de Europa en su región, llegando hasta prohibir los atuendos y hábitos de sus habitantes.
Catalina la grande de Rusia, introdujo la cultura y el arte. Intentó remodelar a Rusia tal como el imperio romano y creó el Hermitage, un gigantesco museo inédito para su época. El último Zar, Nicolás II, asesinado por la revolución, también sacrificó millones de sus ciudadanos con las mismas ansias de expansión territorial, y más recientemente el comunismo expansionista soviético, saqueó y maltrato a todos los países de Europa del este que sufrieron su yugo. En esos países, el odio hacia los rusos es inmenso. Solo al imbécil de Daniel Ortega se le ocurrió colocar una ofrenda a Stalin.
Después del asesinato en 1918, de la familia Romanoff, quienes después de la caída del mamotreto marxista-leninista han sido canonizados y reposan en la capilla real de su familia en la iglesia del santo sepulcro, los rusos han retornado a sus antiguas tradiciones. Stalin y Lenin son objetos de desprecio e indiferencia, ya que para el actual ciudadano ruso, no significan nada más que opresión y atraso. Aún hoy, insisten en manejar la política del poder con los mismos esquemas de la autocracia y la crudeza inhumana de sus actuaciones políticas.
Es ésa y no otra, la tan cerrada posición geopolítica de Rusia, no les importa apoyar cualquier forma de gobierno, sea genocida, antidemocrático o no, están acostumbrados al derrame de sangre. Los intereses de “la gran madre patria” están primero. Difícilmente se verá a Rusia, exigiendo o reclamando violaciones de los derechos humanos, elecciones o enviando ayuda humanitaria, no es su costumbre. Tienen el “trapo” muy sucio.
El zar Alejandro llegó a las puertas de Berlín, yo deseo ir más allá / Stalin-1945
FEDEPETROL- Carabobo