
Pablo Medina / Venezuela RED Informativa.us
Mientras continúan ocurriendo reuniones a plena luz del día entre altos funcionarios de la administración Biden y del NARCORÉGIMEN venezolano, las paredes de Caracas amanecen empapeladas con carteles que incluyen la foto de Maduro y la frase de SE BUSCA, en correcto inglés.
La Resistencia venezolana, que tiene muy poco que ver con enchufes, guisos con el gobierno y maromas petroleras, posee una mejor memoria que la del Departamento de Estado norteamericano o la de la Comunidad Europea.
Para la Resistencia venezolana Nicolás Maduro continúa siendo un prófugo de la justicia internacional, acusado de ser un vulgar narcotraficante. El Tribunal Supremo de Justicia legitimo en el exilio le tiene pendiente una condena de 18 años por delitos de corrupción. Y La Corte Penal Internacional acumula un bojote de denuncias en su contra por crímenes de lesa humanidad.
Puede que Manuel Rosales y otros zánganos de pago más de la oposición, traten de convencer a los venezolanos y al resto del mundo que “petróleo mata dictadura”, pero lo cierto es que Maduro y el resto de sus compinches son BUSCADOS por delincuentes.