¿SERÁ POSIBLE QUE POBRE-DIABLO NO SEA GENTE?

Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
Los bandidos del régimen de Caracas nunca la van a tener fácil mientras las sanciones promovidas desde Estados Unidos se mantengan vigentes.
En la visita que realizó Maduro a su compinche Lula en Brasil, un diputado de ese país acaba de reportar oficialmente a la embajada norteamericana en Brasilia la presencia del dictador de Venezuela.
Nicolás Maduro, quien sigue teniendo sobre su cabeza una orden de captura vigente desde 2020 por señalamientos de narcotráfico, continúa siendo uno de “los más buscados” por este país. La DEA mantiene vigente una recompensa de 15 millones de dólares por quien aporte información que permita su captura.
De manera que por falta de paradero y de rastro para poder echarle mano no será, para que a Maduro también le salga el modelito de las bragas naranjas que tanto parece gustarle.
Lo único que realmente el Mundo necesita para deshacerse de ese maleante es la voluntad política de la administración de Joe Biden, quien definidamente no mueve un dedo para ponerle los ganchos. Está más que visto; Joe Biden no tiene el más mínimo interés en terminar con los días de fechorías ni de Maduro, ni de Diosdado, ni de Padrino López, ni de cualquier otro pez gordo del régimen venezolano.
El gobierno federal pro-socialista de la administración Biden/Harris podría, si quisiera, si realmente tuviera la intensión, acabar y rapidito con el grupo de pillos que está exterminando a Venezuela y a las enormes mayorías de los venezolanos.
Por cierto, sin derramar ni una sola gota de sangre de cualquiera de esos mafiosos con los cuales, contrario a lo que alguna vez pudimos llegar a pensar, se llevan tan de buenas con el actual gobierno federal.
Pero, eso sí: no parece que al gobierno norteamericano que hoy tenemos le preocupe tampoco mucho el reguero de lágrimas y sudor, ni el charquero de la sangre de tantos inocentes y desesperados venezolanos que pintan el barro del Darién; miles de familias que huyen despavoridas de uno de los regímenes más infames y mortíferos del planeta: Venezuela. Entonces toca preguntarse: ¿será posible que pobre-diablo no sea gente?