Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
¡Pero claro que Venezuela y los venezolanos estamos enfermos! Más de veinte años bajo este estrés, mata. Acaba con la fe, con la paciencia y hasta con la creencia en un cambio de rumbo para nuestra patria.
A muchos, a muchísimos, las fuerzas se les han acabado. Por la falta de comida. Por tener que sobrevivir en la más completa y total calamidad de no poder contar con servicios para llevar una vida digna. Por las incontables veces que han cambiado, volteado, restado ceros a nuestra moneda y que eso no haya detenido la eterna y rabiosa inflación que acaba con lo poco que el venezolano logra producir.
Por el espantoso terror que significa caer en las manos del régimen, su tenebroso sistema de justicia dedicado a la extorción y el chantaje, o en los “gustos” de algún generalote o enchufado, que se “enamore” de alguna propiedad o negocio que se tenga.
Venezuela y los venezolanos estamos enfermos. Estos rufianes son el origen y causa de todos nuestros males. Inclusive, aunque muchos, pero que muchos, no estemos viviendo en el país, nos producen angustia y pesadillas; porque sufrimos por todos aquellos que dejamos atrás.
Por nuestros viejos. Por los niños que dejamos al cuido de los abuelos. Por los hermanos, hermanas, por la familia que no está con nosotros. Hasta por las mascotas que se quedaron allá.
En fin, un país descocido por todos lados, donde solo están realmente a salvo los pillos de régimen, los enchufados y un montón de cínicos de la mal llamada oposición, que son socios de la dictadura.
Con esa amargura “viven” los venezolanos; tanto los que estamos afuera como los que están atrapados adentro.
Solo y nada más que la fe en un Dios Todopoderoso nos preserva la seguridad completa de que esta terrible pesadilla que nos enferma tiene que acabar. Que toda nuestra gente, enferma y herida por el país estropeado que ahora tenemos, va a ver un nuevo y radiante amanecer.
