UN RUEGO

Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
Es cierto, el tiempo de Dios es perfecto: ¡pero tampoco hay que malgastarlo!
La Venezuela decente lleva más de 20 años buscando por mil maneras recuperar al país. Inclusive, aquellos que ya no estamos allá, quienes hemos sido empujados de nuestra tierra por el huracán de la maldad del chavismo y de sus tenebrosas variantes, nunca, pero nunca. hemos renunciado ni renunciaremos a ser venezolanos.
El sueño de todos nosotros es poder ir, o ir y venir, o regresar finalmente a nuestro país, pero en libertad, con oportunidades de hacer cosas o, simplemente, poder ir a rezar otra vez sobre las tumbas de nuestros ancestros. Y se nos está escapando la vida, y los malos continúan mandando, robando, saqueando y destrozando nuestra herencia genética. Dilapidamos, botamos a la basura inmensos recursos y grandes talentos humanos, para terminar todos ahogados en la orilla.
La fe mueve montañas, claro; pero toca hacer cosas. Tenemos que recuperar el tiempo de las posibilidades para recuperar a nuestro país y expulsar a las odiosas fuerzas extranjeras que hacen combo con la dictadura.
Vale orar, ¡por supuesto! Pero eso tampoco ni es suficiente, ni mucho menos bastante para que Venezuela vuelva a ser, en el futuro, lo que una vez fue.
Recién acabamos de, otra vez, perder un tiempo precioso en discusiones, sobre la conveniencia de promover un Referéndum Revocatorio. A sabiendas que, dentro del más elemental sentido de la lógica política, ya más que probada a lo largo de muchos años de jaulas electorales, los facinerosos del régimen de Caracas no salen con elecciones. Lo del Referéndum Revocatorio no tenía, ni tiene, ni tendrá, pies ni cabeza. De un plumazo, dictador y dictadura, hicieron burla de la burla; exponiendo a sus promotores a ser objeto de más burlas.
Ya es hora de que todos seamos capaces de entender la patética realidad en Venezuela. Allá lo que hay es hambre, miedo, criminalización por la “justicia”, depredación de nuestros recursos, fuerzas armadas de ocupación asociadas con el régimen en el crimen y en lo criminal, éxodo por desesperanza y una oposición hecha y remunerada por el propio gobierno, para intentar meter la coba.
Por Dios: ¿es tan difícil comprender que solo, y nada más que a través de acciones de Resistencia podremos cambiarle la mala suerte a Venezuela? Señor: ¡ilumínanos!