Yolanda Medina Carrasco / Venezuela RED Informativa.us
Para poner un grito en el cielo por la espantosa destrucción que sobre el medio ambiente lleva a cabo la dictadura en Venezuela, no es necesario que aparezcan unas cuantas fotos y videos del cumpleaños de un enchufado, celebrado en la cima de un Tepuy.
En Venezuela solo se sabe lo que el régimen quiere que se sepa. Todo lo demás es para el uso del aparato de inteligencia del G2 cubano. En Venezuela los escándalos tapan otros escándalos.
Si realmente el mundo quiere tomarse en serio el tremendo daño ecológico que el régimen de Caracas está infringiéndole al país, con mirar hacia cualquier dirección de nuestra geografía es suficiente.
El profundo daño sobre la superficie terrestre venezolana del Arco Minero ya es irreversible. Muchos hemos mirado las escalofriantes fotos, captadas por los satélites desde el espacio, donde aparece completamente destrozada buena parte de la amazonia venezolana.
En un feo escenario lunar, interrumpido solo por potentes chorros de agua, camiones y maquinaria pesada, arrancan sin piedad la capa vegetal y el subsuelo de nuestra tierra. Sin interrupción ni clemencia alguna, le roban a todos los venezolanos el oro, los dimanantes, las arenas súper conductoras y el resto de los más preciados y claves minerales del planeta, que pertenecen al país, no a estos hampones.
El Cerro El Ávila ha sido autorizado por el gobierno ilegitimo para ser ocupado por rancherías. Las hermosas playas del Oriente se encuentran postradas por contaminantes. El Lago de Maracaibo ya es definitivamente de un fétido color verde por culpa de la lepna, que no tiene control. ¡Y pare de contar!
A la velocidad de destrucción con que llevan a cabo el saqueo del país los delincuentes de Miraflores no van a dejar un solo pedazo de tierra sana en Venezuela para las siguientes generaciones.
