El padre venezolano José de Jesús Palmar vive agradecido con la comunidad que le da limosnas

Carlos Vázquez Otero (El Sentinel Orlando) / Venezuela RED Informativa.us
El padre venezolano José De Jesús Palmar Morales nunca se había imaginado que celebraría su cumpleaños 57, el pasado 1 de octubre, en Florida Central. Tampoco que, tras 30 años desempeñándose como sacerdote en Venezuela, incardinado a la Arquidiócesis de Maracaibo, ahora estaría inhabilitado para ofrecer servicios eclesiásticos y dependería de la limosna de la gente para sobrevivir.
“Nunca pensé que tendría que abandonar Venezuela. Emigré para salvar mi vida y la de mi familia. Podía quedarme callado y no denunciar nada más o enfrentar el terrorismo del Gobierno de Maduro. Tuve que emigrar, no iba a estar preso. Además, un muerto en Venezuela es un simple cifra del recuerdo. Vivo soy más útil a la patria, a la iglesia y a mi familia”, explicó el padre Palmar en entrevista telefónica con El Sentinel.
El mediático sacerdote es muy popular tanto para los venezolanos que están en el país suramericano como para los de la diáspora por sus artículos y declaraciones en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. Además también apoyó las protestas y, según relata, fue sometido a nueve juicios, siete torturas físicas y encarcelamientos.
“En enero de 2018 emigré porque recibí amenazas de muerte”, dice Palmar quien se fue Toluca, en México. A los pocos días, la persona que lo estaba hospedando fue asesinada cuando bajada de su automóvil, en Toluca. Por eso, Palmar decidió irse.
“Emigré a Estados Unidos, pasé frontera como inmigrante ilegal. Eso me acarreó estar recluido en un centro de detención en [Brownsville] Texas”, explicó el venezolano.
Tras más de un mes detenido y verificar su situación, las autoridades estimaron que el sacerdote corría peligro en Venezuela, lo pusieron en libertad y comenzó el proceso de asilo político. Desde entonces, el padre Palmar vive un calvario, principalmente debido a las dificultades económicas, pues no tiene trabajo y por el momento tampoco la autorización para ejercer como cura en Estados Unidos.
“Ya tengo todos los papeles y documentos de inmigración, tengo seguro social, tengo carta [permiso] de trabajo […] Por la parte civil tengo todo. El problema ha sido la Iglesia. La iglesia en Estados Unidos no me quiere”, argumentó el venezolano.
Sin embargo, mientras no logra el permiso para ejercer como sacerdote, que está en proceso, el religioso decidió buscar un trabajo que le permita pagar por sus gastos.
“Yo estoy sobreviviendo por limosnas que la gente me da, en la calle, cuando voy a algunas casas. Me ha costado pagar renta. A partir del 15 de noviembre voy a trabajar como cocinero ayudante en un restaurante de propiedad de dominicanos y puertorriqueños”, relató el padre Palmar.
Durante este proceso el padre Palmar ha recibido el cariño y el apoyo de muchos compatriotas que residen en Estados Unidos, y también de otros latinos que se han solidarizado con su situación.
“He vivido en casi 57 casas de familias antes de tener la mía. Le agradezco a comunidad de Venezuela en Florida, Texas, Atlanta, he podido pernoctar y vivir en casa de cubanos, puertorriqueños, estadounidenses. Agradezco a diferentes organizaciones de Venezuela que están en Estados Unidos. Hay muchas y todos han sido solidarios”, relató el padre Palmar, quien enfatizó que, aparte de un sacerdote que lo invitó a comer el día de su cumpleaños, de los únicos que no recibió “ni un vaso de agua”, fue de la iglesia.
“Mis hermanos sacerdotes me han dado la espalda y eso me duele”, dijo el eclesiástico que ahora vive en Saint Cloud, en el condado de Osceola, y para hacerle frente a la renta, y otras facturas básicas, necesita aproximadamente $1,200 mensuales.
La palabra de Dios por YouTube
A pesar de que debido a su situación personal, y que aún tiene familia en Venezuela, su estado emocional varía ya que hay días que se siente “completamente deprimido” y otros tiene “esperanza”, el padre Palmar sigue fiel a su misión de llevar la palabra de Dios a todos los lugares y por eso, se abrió un canal de YouTube, que comenzó a usar a principios de noviembre.
“El objetivo primario es usar este medio de comunicación masivo, universal para llevar a todos los venezolanos en la diáspora. Mi situación como sacerdote emigrante, y ser uno de los pocos sacerdotes católico en estado político me da pie a acompañarlos espiritualmente. Es mi objetivo primario”, detalló.
El Sentinel se comunicó con la Diócesis de Orlando para conocer su posición sobre este nuevo canal y también sobre los reclamos de Palmar a la iglesia en general, pero por el momento no ha obtenido respuesta.
Destacó además que “La solidaridad de la gente, de las familias ha sido un gran esperanza, el cariño ha fortalecido mi espíritu y mi alma”.
Para concluir, el padre Palmar, que sufre algunas afecciones de salud, aunque según él nada grave, quiere enviar un mensaje a toda la comunidad de Florida Central.
“Soy un sacerdote en el exilio que ama a la iglesia, pero la iglesia no le ama. Que ama a Venezuela, pero los venezolanos sí me aman. Necesito mantenerme con salud espiritual y corporal, y les ruego que me ayuden a mantenerla hasta que consiga trabajo. Le iglesia me ha dado la espalda, pero los venezolanos me han abrazado. Para poder vivir aquí necesito que compartan conmigo de lo mucho que les ha dado Dios”.
El padre Palmar tiene un canal de GoFundMe en el cual recibe donaciones.