Venezuela

Maduro gradúa a supuestos «doctores» y los manda a tratar dolencias del pueblo venezolano con raíces y brebajes indígenas

Úrsula Montenegro / Venezuela RED Informativa.us

Con motivo de celebrarse el Día Nacional del Médico, Nicolás Maduro encabezó un acto de graduación de 1.650 nuevos Médicos Integrales Comunitarios (MIC), este jueves 9 de marzo desde el Teatro Teresa Carreño en Caracas.

Anunció que la Escuela Latinoamericana de Medicina «Salvador Allende» próximamente tendrá su sede “con todas las condiciones científicas y tecnológicas” con la capacidad de albergar “a más de 1000 estudiantes presenciales de América Latina y El Caribe”.

«Venezuela debe ser el epicentro de la forja integral de nuestros médicos en el conocimiento universal de las ciencias médicas, tomando en cuenta los conocimientos de nuestros pueblos originarios», comentó Maduro durante la celebración.

En las declaraciones, ordenó a la Ministra de Salud, Magaly Gutiérrez, asignar “cargos fijos y permanentes” en el Sistema Público de Salud con “remuneración justa” a los egresados.

Estos supuestos médicos son graduados en tiempo récord y se estima que no gozan de la preparación necesaria para atender las necesidades de pacientes directamente en dispensarios y hospitales. No obstante, como no serán los que atiendan a los grandes jerarcas del régimen, ya tienen la luz verde para tratar de sus dolencias al victimizado pueblo venezolano, una vez más engañado por un gobierno que solo sabe de hacer trampas sin empachos, esta vez con uno de los elementos más delicados de un país: la salud.

Por si fuera poco, el desalmado de Maduro manda a estos muchachos mal preparados a terminar de rematar a los pobres pacientes que caigan en sus manos, al recomendarles que «tengan en cuenta los conocimientos de nuestros pueblos originarios», es decir, ni siquiera arrastra a la sociedad venezolana a etapas tan pretéritas como la de la colonia española, sino más atrás, a la prehistoria tribal, cuando los indígenas solo conocían de raíces, ramas y leyendas… todo este daño, solo con el afán de no aceptar de una vez por todas su estrepitoso fracaso en todas las áreas que están condenadas entre sus garras.

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