CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

Venezuela en dólares

En un país como Venezuela, arrasada por todo tipo de mafias y mafiosos impulsados y sostenidos desde lo que alguna vez fue un estado moderno, la dolarización completa y total de la economía venezolana es un imperativo. Además, dolarizar de forma formal a toda la economía venezolana podría ser una poderosísima herramienta política para presionar la salida del régimen.

No importa lo que sea que le manden a decir a los cinco o siete gatos “expertos” en finanzas públicas, que paga el régimen para mentirle al país.

No resulta ni resultó, ni bastante ni tampoco suficiente, con despenalizar el uso de divisas en el país. Ese arranque de falsa modernidad que se lanzó Maduro apenas hace muy pocos años, fue diseñado con una sola idea en mente: lavar el dinero sucio del régimen. La despenalización por el uso de divisas en Venezuela fue creada para lavar en local, dentro del país, las enormes cantidades de dólares sucios que el régimen recibía y recibe por sus mugrosos negocios. ¡Por favor!

¡Que los rufianes del siglo XXI echen el cuento como realmente es! La porquería del siglo XXI no tuvo, no tiene ni nunca tendrá algún plan, ni sostenible ni medianamente serio, para modernizar al país. Ni a la economía venezolana; ni tampoco apuntar hacia la globalización de Venezuela. Así como en las míseras calles de la pobre Cuba corre el dólar que da miedo, y hasta le tienen una paridad de comiquitas de 1/1 contra el peso cubano, la moneda norteamericana también es el lavadero del régimen de ese país, así como un minúsculo aliviadero del hambre entre los cubanos que reciben y mueven remesas de familiares que les envían desde cualquier lado del mundo.

Igualito que en Venezuela. La reciente despenalización en el uso masivo de divisas dentro del país tiene como fin borrar las manchas con que le llegan al régimen con los reales generados por narcotráfico desde el estado, por el financiamiento del terrorismo internacional promovido desde el régimen.

Visto así, el régimen no tiene ningún aliciente, ningún incentivo por el cual dolarizar los salarios, los sueldos y las pensiones dentro del país. No solo por el tema de mantener agachada a una parte importante de nuestra nación con las bolsas de comida y las cuatro miserias más que aún transfiere el estado a las capas más necesitadas de la población venezolana. Sino porque también, dolarizando el factor trabajo en el país, la presión migratoria de tendencia a la salida de capitales, de los más pequeños a los medianos, sería descomunal. Y si a eso se le suma que el precio del trabajo dentro del país cada vez se acercaría más y más al precio de los salarios en el resto del mundo, la maquila venezolana perdería mucho de su atractivo para las corporaciones que ya están asomando sus caras dentro de Venezuela.

¡Allá, en Venezuela, dos más dos siguen dando cuatro! El gran mecanismo que empujaría al régimen a culipandear en el poder sería a través de la dolarización integral y completa de la economía venezolana. Pero una dolarización de verdad. No una dolarización a medias, ni a tres cuartos. Una dolarización en serio. No una dolarización que nada más se exprese en los precios de todos los bienes y servicios que se compran o se pagan dentro del país, mientras que los salarios y las pensiones de los venezolanos, o son cancelados en bolívares o son calculados en bolívares pero que te los entregan en dólares.

Por eso: ¡Dios, Venezuela libre y Cese de la Ocupación!

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