El bolero entre Lorenzo y «El Mazo Dando»


Venezuela está como los pueblos que salen en las películas del Oeste. Por un lado la gente ruinosa, muerta de hambre y de miedo; mientras que en la acera de enfrente se ven cantinas donde los que pueden botan el dinero una y otra vez con sus revólveres en la cintura.
En la Venezuela de ahora aparecen los casinos, las tiendas de sirios y los supermercados chinos e iraníes, como hongos después de un palo de agua.
Entre tanto, los servicios de agua y luz ya no se están cobrando de acuerdo a su consumo, es decir, por lo que indique a fin de mes el medidor. La dictadura ahora cobra a aquellas pocas industrias que se han salvado del régimen del capo colombiano, extorsionándolas con el cobro del “potencial de consumo”. Una nueva modalidad de chantaje aplicado por las mafias de la dictadura, vinculadas a las NARCOFUERZAS armadas bolivarianas, que solo se recibe en dólares un servicio no prestado, sino solo imaginado.
Otra película más, pero esta vez en la que el régimen enseña su cara en el desempeño del negocio de la extorción y del chantaje, al mejor estilo de Al Capone. Por eso Venezuela no está ni patas arriba ni hecha un desastre como consecuencia de las sanciones internacionales. Esa es otra más de las grandes mentiras que repiten y repiten todos estos pillos como loros.
Allá solo a unos pocos les va bien. Pero para que eso suceda, tienen que bailar muy pegados con el chavismo. Como es el caso de Polar, un oligopolio de librito. Un conglomerado industrial que no ha parado de crecer, que ha vivido una tremenda bonanza de expansión, justamente en los mismos tiempos en que el régimen ha apretado con más confiscaciones al sector privado, y el país ha pronunciado su caída en picada. El bolero es el baile y el arma preferida de los dueños de la Polar con el régimen.
Con toda seguridad ello debe estar asociado a los créditos aprobados por Diosdado Cabello a través de la Asamblea Nacional, para mejorar la capacidad de producción de las fábricas tanto de cervezas como de harina precocida, otorgados por la revolución a Empresas Polar. Por eso, no se extrañen de ver los camiones de la Polar transitando las carreteras por toda Venezuela transportando las cajas de CLAP. Todo eso explica el porqué los dueños de esa empresa no cancelan a los empleados y trabajadores sus salarios en dólares.
Y todo eso en pleno tiempo de la más tremenda voracidad por parte del régimen de Caracas, que el que viven tratando de engañar, a cualquiera que se deje, con la película de los motores del socialismo del siglo XXI, que estos ineptos se inventaron para robar más a manos llenas a toda Venezuela.