CRITERIOS Con Pablo Medina Carrasco

La quincena cebolla

Los trabajadores formales en Venezuela, en especial los pensionados y los jubilados, se refieren a sus pagos como “quincena cebolla”. Es decir, ves lo que te depositaron y enseguida te echas a llorar.

Y la cosa no es broma, con lo que les abonan, juntando todo ese dinero entre varios miembros de una familia y dividiéndolo a como está el dólar, no da ni para hacer la compra de la semana. El régimen, que lo sabe, se hace el sufrido por unas sanciones que jamás han afectado el funcionamiento del estado, sino el bolsillo de unos cuantos. Y son tan cínicos que salen a llorar con los trabajadores por su terrible destino, echándole la culpa a Estados Unidos y al mal tiempo atmosférico.

Ya sabemos que tanto el colombiano como Diosdado son expertos en echarle la culpa al desastre de país que tenemos a cualquiera que no sean ellos mismos; mucho menos a sus mañas de rateros asesinos, ni a su total y completa falta de escrúpulos para traicionar a Venezuela.

De ahí no los saca nadie. Para ellos el engaño es política pública. Pero para los aristas del certamen de popularidad montado por el cogollo de la oposición, tampoco el país de verdad pareciera ser importante.

Está visto que en la agenda electoral de ninguno de ellos están incluidas la dolarización e indexación de los salarios y las pensiones de los trabajadores de Venezuela. Ellos solo hablan de cosas importantes… de ¡grandes cosas!

Tampoco se les permite a esos candidatos decir algo acerca de las actividades que practica como gánster el eterno ministro de la defensa en Venezuela, Padrino López. Ni mucho menos de la crisis eléctrica, ni del agua, de la producción y distribución agropecuaria, ni de las confiscaciones y estatizaciones sobre los millones de hectáreas que se cogieron Chávez y sus secuaces, ni de los regalos en tierras fértiles que le acaban de dar a los iraníes, ni de las alianzas con los centros del terrorismo mundial que sostienen orgullosamente al régimen. En fin: ¿cuál es el tema de la campaña? Digo, ¿para saber de lo que me estoy perdiendo?

Son tan poco serios todos estos gallos, que cuando llega El Conde a un sitio, le piden que no hable de política, más bien que les eche un chiste. Y cuando a María Corina, envalentonada, le da por meterse en una zona popular, le dan la espalda… las mismas mujeres de la zona.

Régimen y cogollo de la oposición son las dos caras de una misma sucia moneda, también devaluada.

Solo una Junta de Gobierno puede darle la cara a un país de verdad. Con la conformación de esta Junta de Gobierno, verdaderamente honesto y comprometido con las necesidades del país, podemos empezar a recomponer este horrendo rompecabezas en que nos han convertido a toda Venezuela.

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